UN VERDADERO EMPRENDEDOR PARA LA JUVENTUD

Fior D. Martínez
BH-9891
Sección 02
Foto II

Entre saludos y muestras de afecto por parte de los estudiantes de Comunicación Social, a medida que bajaba la escalera de la Facultad de Humanidades rumbo al edificio Tony Barreiro, Ramón Rosario Coco, profesor de la Comunicación comenzó a contar su historia.

Narra una parte de su vida con una fusión de entusiasmo y voz firme al recordar aquellos tiempos, y con su característica sonrisa nos comenta que nació un 5 de abril de 1957, que tuvo una niñez sencilla, como la de cualquier niño, a pesar de que no conoció a su padre Juan Manuel Hache y que sólo vivió con su madre, doña Luz María Coco, quien le fue todo en su vida.

Tras transcurrir unos 15 segundos luego de una marcha acelerada, Ramón Rosario Coco se acomoda en uno de los duros escalones del Tony Barreiro para contarnos que su juventud se desarrolló en el poblado de Villa Mella, hoy cabeza del municipio Santo Domingo Norte.

Mientras se quitaba sus característicos lentes y deja al descubierto sus bellos ojos castaños claros, agrega que siempre se destacó como buen estudiante en la secundaria y que a los dieciocho años ingresó a la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) con la intención de estudiar medicina.

“Siempre tuve idea de que me desarrollaría en la Pediatría porque me gustaba tratar con niños, sin embargo ya tenía fuertes inclinaciones hacia la comunicación por mi participación en diferentes actividades socioculturales”.
Sostiene que en su segundo semestre en el 1978 sus inquietudes estudiantiles lo motivaron a formar la Asociación de Estudiantes de Comunicación Social (ASECOS), junto a otros compañeros de la carrera de lo cual se siente orgulloso.

Con un leve gesto de sus manos y el escándalo de algunos estudiantes, cuenta que inició su trayectoria como profesor, siendo monitor de la materia Introducción de la Historia de la Comunicación, luego fue ayudante de profesor y finalmente ganó el concurso para desempeñarse como Maestro de la Escuela de Comunicación Social en la UASD.

Mientras volvía y se acomodaba los lentes y miraba fijamente hacia el edificio de Deportes, expresa que en su trayecto profesional ejerció un periodismo pulcro, sin miedo a nada, ni nadie.

Expone que la vergüenza más grande que ha vivido fue en el año 1986 cuando juzgaban a un Mayor General llamado Manuel Cuervo Gómez y al expresidente de la República Dominicana, Salvador Jorge Blanco, debido a que los procesos legales de esa época solían durar todo el día y fruto del cansancio se recostó cerca del lugar y salió en Primera Plana del entonces periódico vespertino Última Hora una foto, resaltando el diario que el proceso fue tan largo, que hasta los periodistas se durmieron.

Al mostrar un semblante tranquilo, una camisa manga larga anaranjada y su pantalón de corte fino, resalta la satisfacción de haber ejercicio dignamente a pesar de creer que dejó su profesión antes de tiempo.

Con una leve sonrisa cuenta que se siente muy bien al servir al estudiantado y que a pesar de que algunos no les agrada su metodología, se siente muy bien porque de esta forma hace que su clase sea más humana, dándole prioridad a aquel que tiene su autoestima baja para que la aumente y entienda que puede llegar tan lejos como desee.

Con un tono enérgico, finalmente el maestro Cocco concluyó agregando lo siguiente: “Prosperidad para todos, que Dios nos bendiga y le otorgue a la sociedad la satisfacción de sanear todos sus males”.

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