La XIII feria Internacional del Libro: Toda una majestuosidad cultural

Por Rafael Zapata.

Santo Domingo.-Acaba de concluir la XIII feria internacional del libro Santo Domingo 2010, la cual ha sentado precedentes en la presentación de ese evento, debido al amplio programa de actividades culturales llevadas a cabo durante los 18 días de de exposición.

La feria, que tuvo como lema “la lectura es el rostro que te identifica”, fue dedicada al poeta dominicano Freddy Gaton Arce, y como país invitado de honor, la distinción recayó sobre México.

Nuestro planteamiento se sustenta en que en el periodo arriba citado se desarrollaron 2,375 actividades, entre ellas 383 conferencias sobre temas culturales, siendo estas impartidas por más de 400 expositores de 30 naciones, incluyendo la nuestra.

Es bueno precisar que uno de esos expositores resultó ser el consagrado escritor mexicano Carlos Fuentes, quien se convirtió en una de las principales atracciones de este magno evento gracias a su talento y popularidad.

En sentido general la feria recibió a 114 escritores de 14 países, incluyendo a 18 de la diáspora dominicana en Estados Unidos, y otros países, quienes pusieron a circular sus respectivas obras literarias.

En razón de lo planteado se puede interpretar que toda esta estructura cultural exhibida durante el desarrollo de esta feria, auspiciada por el ministerio de cultura, viene a reforzar el pensamiento intelectual de todo aquél que se hizo partícipe de una u otra forma de esta gran actividad.

Innovación

La finalizada feria le abrió espacios a nuevos segmentos que antes no habían tenido cabida en el frecuentado acto cultural.

Entre los nuevos stands que formaron parte del engranaje de la actividad figuran el pabellón de astrología, el pabellón de la música, así como también el pabellón del ajedrez de las letras.

Además, se debe resaltar la implementación de bonos de 500 pesos obsequiados por la Lotería Nacional a estudiantes meritorios, con los cuales podían realizar compras en las librerías facultadas para ello.

Prohibición de libro

Durante la celebración de la mayor representación cultural dominicana, fue prohibida dentro de la misma la venta del libro “El Kamasutra Dominicano”, del doctor Dennis Peña, alegadamente por poseer éste un contenido inadecuado para el evento.

Peña, quien es presidente de la Asociación Dominicana de Libros (ASODOLIBRO), dijo al respecto que “ellos no tienen capacidad científica para ver esas fotografías aquí, y por eso suspendieron la venta en el recinto ferial”.

Peña, quien ha participado en todas las ferias de libros que se han realizado en el país, manifestó que el contenido de la obra se fundamenta sobre la educación sexual en los jóvenes.

De todas formas Peña confirmó que ha aumentado la venta de su libro luego de que fuera prohibida su venta en la feria.

La parte negativa

Luego de observar de manera detenida todo el engranaje que conformó la parte logística de este magno evento internacional, se pudo constatar, y así lo reportaron algunos medios de comunicación, que una de las partes mas oscuras del espectáculo resultó ser el espacio físico.

Aparentemente el terreno donde se monta la actividad resulta pequeño para tantos pabellones, además, de que el terreno no está preparado, debido a que el drenaje pluvial en la zona luce inservible.

Este último mal se reflejó en los días en que llovió durante la feria, donde el escenario se convertía prácticamente en un mar, lo que imposibilitaba el pleno desarrollo de la jrnada.

Con respecto a los pabellones, ya citamos anteriormente que este año se abrieron algunos segmentos nuevos, y esto pudo haberse reflejado en el espacio físico, que indudablemente este año lució muy congestionado.

Libros más vendidos

Se podría considerar como paradójico los datos finales ofrecidos por la dirección general de la feria de que los libros antiguos se vendieron más que los actuales, debido a que se tiene la percepción de que la mayoría de las personas ya tiene referencias de las obras del pasado, no así de las nuevas.

Y cabe señalar que de acuerdo a dichos datos, uno de los autores más vendido fue el doctor Joaquín Balaguer, quien posee una biografía literaria bastante amplia.

En conversación con Tony Reyes, uno de los encargados de venta del stand de las obras de Balaguer, nos manifestó que “la gente se interesa por sus obras porque tienen unos precios accesibles al público, además de que son clásicos que todos quieren leer”.

Asimismo, Reyes señaló que la obra más vendida de Balaguer había sido, hasta el momento de la entrevista, el Cristo de la libertad.

Otro libro que también gozó de la simpatía del público resultó ser “El Banquero del Presidente”, del distinguido periodista Freddy Aguas vivas.

La controversial obra, que habla acerca de algunos implicados en el caso Baninter, se adquiría en la feria a un costo de 1200 pesos, y algunas crónicas se vendió como “pan caliente.

El gran ausente

La política de admisión de obras de la XIII feria Internacional del libro no sólo afectó al doctor Dennis Peña, el autor de El Kamasutra Dominicano, sino por igual a Angelita Trujillo, quien no pudo vender su “sonado” libro en la feria.

Para muchos éste se convirtió en el gran ausente de la cultural ceremonia, ya que por el gran revuelo que causó su puesta en circulación muchos entendían que el material tendría una buena acogida por los visitantes.

¿Fiesta de libro u de Comida?

A razón de algunos visitantes en la feria se vende más comida que libro, o dicho de otra manera, la gente va más a comer que a comprar artículos culturales.

Y esta hipótesis podría ser cierta si se observa con detenimiento la gran cantidad de personas que abordan los innumerables pabellones de productos comestibles que circundan el escenario ferial, los cuales lucen completamente abarrotados en su gran mayoría, dando la impresión de que la demanda es mayor que la oferta.

Entre los alimentos más vendido allí figuran refrescos, pizzas, y “hamberguer”.

Uno de los establecimientos que suple las necesidades astronómicas de los asistentes es el Restaurant Maniquí, el cual se diferencia de los demás negocios en que no es temporal.

Este negocio, propiedad de Angelita Caamaño, se fundó en el 1985, y se le puso ese nombre porque un argentino le dijo a su dueña que “el local tenía muchos cristales, y parecía una tienda, y cuando tu te vez al espejo ya eres un maniquí”, relata Caamaño.

El negocio goza de una gran popularidad, de acuerdo a su propietaria, quien dice que ello se demuestra diariamente, principalmente en hora del almuerzo, cuando se abarrota completamente.

Durante su historia el restaurant ha servido de recepción a grandes personalidades, tales como Alberto Cortés y Pablo Milanés, entre otras estrellas internacionales.

Caamaño cuenta que su “Maniquí” ha ganado 19 premios gastronómicos, y que en el año 1992 se alzó con el premio el restaurant del año.

La afable y sencilla dama confesó que el plato más saliente es el “chivo papote”, que vale 400 pesos, con impuestos incluidos.

El plato popular del negocio, el cual ha recibido a todas las ferias del libro que se han celebrado en Santo Domingo, tan sólo cuesta 150 pesos.

¿A que va la gente a la feria?

El panorama de la feria del libro, con respecto a la asistencia, principalmente los días feriados, es extraordinario.

Así se pudo observar el sábado primero de mayo, cuando todas las calles de la plaza cultural lucían como un mar humano.

Muchas de estas personas al ser entrevistadas coincidían en que iban al lugar a llevar los niños, y a divertirse un poco, como queriendo decir que el escenario era propicio para votar el estrés del hogar, no así a adquirir ningún libro.

“Bueno yo vine a traer a mis niños, entiendo que es importante que ellos empiecen desde ahora a visitar este lugar que puede revertirse en algo positivo para su futuro”, puntualizó el Lic. Luís Méndez, quien no tenía planeado comprar ningún libro en específico.

De su lado, Lidia Bidó manifestó que había asistido a observar el panorama, el cual le parecía interesante, por todos los atractivos que allí se exhibían.

Mientras que el señor Juan Domínguez, precisó que fue a la feria a llevar a sus nietos y, a comprarle mata tiempo.

Esta breve panorámica parece ilustrar la reciente versión de algunos libreros, quienes manifestaron que la gran afluencia de público a la feria no se reflejó en las ventas de sus productos.

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